lunes, 22 de agosto de 2016

La última y nos vamos.

  Me enamoré sin darme cuenta, besé tus labios, acaricié tus manos, y bailamos cada noche, bailábamos con las estrellas. Fuimos tan eternos que no pudo haber sido de otra forma.
   Entonces, al estar en cada recuerdo de aquellas noches que pasamos juntos, noté que te odio. Te odio porque te amé, te odio porque nunca lo supe, y te odio porque ya no estas, pero a pesar de todo, quiero pedirte una última canción, al ritmo de tu sombra. Aunque sea tarde, yo me quedaré hasta que salga el Sol y sea hora de marcharse.